viernes, 15 de noviembre de 2013

¿Puede afectar la diabetes a mi sexualidad?

No queremos dejar pasar la semana de la Diabetes sin abordar esta enfermedad crónica desde la perspectiva de la sexualidad. La diabetes puede afectar a nuestra función sexual. En este vídeo, Manuel Luchas Matheu (maluma49), presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología (S.E.I.S), secretario general de la Academia Internacional de Sexología Médica (A.I.S.M.), y sexólogo colaborador de la Escuela de Pacientes, nos explica en este vídeo cómo la diabetes puede afectar a nuestra sexualidad y algunas recomendaciones para evitar que esto ocurra. "Si nos cuidamos, la diabetes no repercutirá en nuestra función sexual", nos explica Manuel Lucas. Además, la sexualidad puede ser un elemento rehabilitador, porque aumenta la autoestima y mejorar nuestro estado de salud.

Aquí podéis ver el vídeo completo.  

lunes, 4 de noviembre de 2013

El deseo sexual



No sé si existe la bisexualidad o si la heterosexualidad es un roll que hemos creado. Quiero decir, que si atendemos a estudios que nos refieren que en una primera fase el embrión es femenino y luego la naturaleza, realizando un sobre esfuerzo, le suma algún gameto (me disculpáis los entendidos, estoy abierto a la corrección) para encaminarlo  hacia lo masculino, bien podría ser que mi deseo sexual por el otro venga impreso en la genética.

Dicho esto, quiero haceros participe de un “reto-experimento”, al que me invita un amigo.
Desarrollo a grandes rasgos y con la mirada puesta en otrora:

Este verano, como otros anteriores, me desplazo a una maravillosa ciudad de piedra, en tierras castellanas. Lo hago para trabajar y compartir, a pensión completa, la vivencia del día a día con personas diversas, que por motivos diferentes y en origen comunes, están conviviendo una experiencia vital. 

Allí, hace unos años, por primera vez, sentí mariposas en el estómago por un hombre y lo viví como un amor platónico. Somos amigos y compañeros de camino, pero nada más, salvo lo que yo sé. Lo vivo sin darle más importancia que la que tiene para mí: “que estuve enamorado”.

Esto lo dejé en mi zona 0, donde se guardan los secretos inconfesables. Sin embargo, el reto de mi amigo me pone en el planteamiento de la bisexualidad y la posibilidad de tener una relación sexual, en mi caso, homosexual. Esto se da con frecuencia en la pubertad/juventud, he podido constatarlo -en mi caso no se dio- por las aportaciones de otras personas, tanto hombres como mujeres, estas más que ellos (a la hora de confesarlo, claro). 

Pues este verano me puse. Tengo amigos homosexuales, -antes no me suscitaba si lo eran o no, es algo que no me genera ningún planteamiento, al igual que no me esbozo si mis amigas son femeninas- y me insinuó a uno con el que tengo la suficiente confianza como para hacerlo. Le expreso mi necesidad de querer conocer que es yacer con una persona de tu mismo sexo. 

Sin embargo, pese a un tonteo y un juego de “amistades peligrosas” que dura dos semanas, el hecho no se consuma. Bien es cierto que disfruté y pude comprobar que obtengo placer sexual, esto es, alimento mi sexualidad, también con personas de mí mismo sexo al saciar mi sed de piel.  

Añadir aquí, que hubo una parte negativa al comprobar lo cerrado que es, en ocasiones y diversas situaciones, el universo homo y esto fue muy determinante para que yo no me sintiera acogido por mi condición de hetero. Tachándoseme de -que nadie se me ofenda- “maricón en el armario”. Llevo tiempo conociéndome interiormente y puedo asegurar que ni lo uno ni lo otro, me considero una persona con necesidades y deseos no encasillables. 

Para acabar y a modo de conclusión, pese a no llegar un acto sexual (mete-saca) y quedarme con la incógnita, he de reconocer que no me generó ninguna emoción ni sentimiento “desagradable”. No me sentía fuera de lugar, salvo excepciones, y mucho menos no me siento menos hombre. Incluso aseguro que mi energía varonil ha crecido. Es cierto que el estar delante de la mujer el hombre reconoce su virilidad, no obstante al estar frente a un hombre, permitiéndome sentir atracción por este y deseo sexual, me ha enfatizado mi ser masculino.

Carlos Vidal